Pedro Gaeta, nuestro artista plástico

Entrevista al artista plástico Pedro Gaeta

A fines de los ’50 participó del grupo de jóvenes poetas y pintores surrealistas y comenzó a exponer con el grupo Arte Nuevo. Vivió  y expuso en Barcelona, Madrid y París. Fue presidente de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos. En este reportaje Adriana Navarro nos acerca sus reflexiones y la voz de Pedro.

Y sí, es así. Pensaba: “qué lindo hubiera sido sacar fotos de sus obras, de su  taller, tener primeros planos de su hermosa cara, o registrar el pincel en sus arrugadas manos de 90 años de vida”. Pero no. No fue así. Teléfono de línea, papel, birome y muchas ganas de charlar con un artista reconocido del otro lado del charco, pero  que nació y vivió muchos años pegadito a mi casa, acá en Parque Chas.  Resulta hermoso imaginar —tal como cuenta Pedro— que, sentado acá en la vereda de Andonaegui al 1600, veía pasar el tranvía  que transitaba por la Av. Triunvirato. 

Hola Pedro, festejaste los 90 y a los pocos días “todos adentro” empezó la cuarentena. ¿Cómo estás? 

Bien,  estoy muy bien, pero hay que cuidarse, no hay que salir. Tenía varios  proyectos que seguirán esperando hasta que esto pase.

Leí varias notas muy lindas que te hicieron en distintos periódicos, e  inclusive los compañeros del portal del barrio, donde contás muchas cosas que te marcaron de tu niñez de pastizales y montañas de tierra donde jugabas con tus amigos al salir de “La Petro”.  Contame por qué este chico de barrio  empieza a pintar?.

Vengo de una familia de artistas, pintores, escritores, músicos. Desde muy chiquitito entraba a la casa de un familiar pintor y me fascinaba ese mundo. Mi hermano entró a Bellas Artes. Luego, cuando yo terminé el secundario, seguí en ese camino. También me gustó siempre escribir. Yo creo que es fundamental formarse. En Bellas Artes,  por ejemplo, tuve grandes maestros que me marcaron. Incorporé esto de buena formación con humildad y técnica.

Yo empiezo, y no sé cuándo termino!

 Trabajo con libertad

¿Cómo comenzás una obra? ¿Primero te  viene a la cabeza  la idea total, o empezás y no sabés hacia dónde va a seguir?

 Yo empiezo, y no sé cuándo termino. Trabajo con libertad. Tuve un  maestro allá en mis comienzos: Alfredo  Gramajo Gutiérrez que decía: la mano tiene que ser como una paloma que vuela sobre el papel, libre.

 Durante el “proceso” me exilié

Hablando de libertad, sabemos que te tuviste que ir del país. ¿Pudiste continuar pintando libremente en Europa?

Sí. Durante el “proceso” me exilié en Madrid y  en  Barcelona. Pero donde realmente alcancé a vivir de mis obras fue en Francia. Allí tuve la suerte de ser muy reconocido, de poder exponer y vender mis obras, a tal punto que luego de mi regreso a Buenos Aires, volví a París cada dos años, donde se me esperaba en las salas  de exposiciones y realmente vendía muy bien. 

Pedro, siendo mediodía, no quiero ocupar más tu tiempo. Tomo la invitación que me hacés, de hacer una entrevista personalmente más larga, con fotos y anécdotas. Queda acá registrado que me comprometo a aceptar tu invitación y, pos pandemia,  realizar una nota en tu taller, para que nos sigas contando más cosas de tu militancia, de tu grupo de artistas amigos con los que marcaron toda una característica de época y sobre tu taller de arte en la actualidad. ¡Gracias  por este amable y cordial tiempo telefónico!

Foto: Vivi Prado (@vivianaprado60)

El Chasquido es la revista del Colectivo Barrial Parque Chas.

El colectivo surgió en noviembre del año 2015, en medio de la coyuntura electoral, y decidimos seguir juntos, pensando soluciones y revalorizando la política como instrumento de transformación de la vida cotidiana. Trabajamos en el barrio, atentos al otro. Intentamos dar cuenta de nuestra realidad, analizar, pensar y actuar por fuera del discurso hegemónico de los medios de comunicación. Desde nuestra conformación hicimos ciclos de cine debate, peñas, recolección de material reciclable, charlas, encuentros. Seguimos en acción, nos escuchamos, debatimos, nos redefinimos en cada encuentro. Creemos en nosotros como comunidad. La inteligencia colectiva puede más que cualquier proeza individual. Nos reunimos periódicamente en asambleas abiertas. Estamos a la vuelta de cualquier esquina del barrio.