Páginas ocultas # 3

 Como continuidad de los capítulos 1 y 2, en esta entrega señalaré algunos de los “sentidos comunes” instaurados en buena parte de nuestra sociedad. También intentaré demostrar tanto su relativización o falsedad como su origen, insistiendo en que la política es cultura concentrada.

¿Occidental y cristiana?

El primer sentido común legado por la hegemonía cultural oligárquica/patronal es que pertenecemos a la civilización occidental y cristiana. Esta frase sintetiza hasta el absurdo la colonialidad y el eurocentrismo como bagaje cultural básico. Si tomamos en cuenta que habitamos el sur de América del Sur y pensamos en un mapa satelital, claramente África y Europa son nuestro oriente y Oceanía y Asia nuestro occidente. Declamar una Argentina occidental es pensarla como si nuestro territorio fuera parte del continente Europeo. Por otra parte, lo de cristiana es la aceptación de la masacre colonial, ya que es impensado un cristianismo sin conquista imperial y sojuzgamiento de culturas y creencias pre existentes. Aun pensando en la inmigración colonial y post colonial, mayoría de origen español e italiano nos ubica en Europa meridional y no occidental. Resuenan aún, en quienes tuvimos que soportarlas, las voces absurdamente impostadas de Onganía, Lanusse, Videla, Galtieri y las más tilingas de Martínez de Hoz, Krieger Vasena, Alsogaray, Cavallo y otros farsantes de ese estilo asociando el término patria a los vocablos occidente y Cristo. Esta descomunal distorsión es la base sobre la que se constituyeron la mayoría de los Estados nación durante el siglo XIX en América. Expulsando o masacrando lo preexistente para colocar en esas tierras “propietarios” europeos. 

“Los mapuches son chilenos”  

Antes de 1860, los habitantes de la Patagonia no conocían fronteras. No se habían establecido durante miles de años. Habitaban la Patagonia desde el atlántico al Pacífico, pastoreaban sus rebaños en veranos de un lado y en invierno del otro. En 35 años les robaron sus territorios, les impusieron fronteras y los persiguieron hasta la muerte o el exilio. Más de 40000 chilenos se establecieron de este lado sencillamente por el despojo. Y luego se los despojó de este lado también. ¿De qué patria les podemos hablar a los mapuches? ¿En nombre de qué civilización le conferimos derechos a los usurpadores que los despojaron hasta de su lengua? Sin embargo, mucha gente humilde repite hoy, cual si fuese una realidad probada —los mapuches son chilenos—. De ese modo, Benetton, Joe Lewis, los Braun Menendez son patriotas.

“Arte y artesanía”

A lo largo de nuestra historia se fue instalando la idea de que lxs ricxs saben más de arte, son más cultxs y refinadxs, escriben mejor si portan doble apellido y son compositorxs solo si su música es académica. También se fue reduciendo el sentido de cultura a lo que la oligarquía denominó bellas artes, término que diferencia las artes superiores de otras que son feas, sucias y malas. En los conservatorios de música se dicta una materia llamada Historia de la música argentina y en sus contenidos no figuran Gardel, Troilo, De Caro, Yupanqui ni Ariel Ramírez. Por supuesto tampoco los huaynos y yaravís que inspiraron varias obras sinfónicas y de cámara que sí se citan en dicha materia. Los museos de arte fueron dirigidos históricamente por representantes de las clases patricias. Si la obra es europea es Arte; si es americana Artesanía. Si una pintora de élite tiñe un río es Arte; si una artista del noroeste tiñe lana y confecciona tapices es Artesanía. Para resguardar esta identidad, el Fondo Nacional de las Artes ha estado bajo la presidencia, entre otrxs, de Amalia Lacroze de Fortabat durante más de diez años (1992-2003).

“Meritocracia”

Los gobiernos oligarcas (autodenominados liberales o patriotas o libertadores o procesistas o Cambiemos) siempre batallan contra lo público en bien de lo privado, en nombre de la meritocracia. Tal sistema consistiría, idealmente, en que todxs partimos del mismo sitio y quienes hacen más mérito tienen, llegan más lejos, más alto, y por tanto pueden acumular más bienes y más poder. Quienes pertenecen a la oligarquía saben perfectamente que eso es falaz, pero intentan que la sociedad mayoritariamente abrace estos valores.

De ese modo, deberíamos creer que Esteban José Bullrich Zorraquín Ocampo Alvear debe ser Ministro de Educación por su extraordinaria carrera docente y no por ser parte de la oligarquía. Digo extraordinaria porque jamás ejerció la docencia ni tiene títulos para ello. Su tía, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, es la indicada para ser Ministra de Seguridad por sus inhallables antecedentes en la materia y no por pertenecer a la casta. Lo mismo vale para Mauricio Macri Blanco Villegas, Horacio Rodríguez Larreta Díaz Alberdi y Marcos Peña Murray Braun Cantilo. Podríamos seguir analizando de modo retroactivo todos los gobiernos de la derecha llegando al propio Bartolomé Mitre y veríamos que la gran mayoría de sus funcionarixs portan apellidos que traslucen una cultura —oligarca— apropiada desde la infancia. Esta cultura consiste básicamente en naturalizar que son superiores por la familia a la que pertenecen, son patronxs innatxs, ricxs, poderosxs, impunes e intocables. La cultura construye ideología y ésta a su vez construye política. Cuando empleo la palabra cultura, en este caso, refiero al marco de valores en el que la persona se forma como tal. A la señalización de la procedencia podemos agregarle que dichas familias terminan emparentadxs por vía matrimonial – como es el caso de los Pinedo – con apellidos como Zuberbühler, Álzaga Unzué, Del Pont, Aranguren, Miguens, Hartridge, Basavilbaso, Blaquier, Lanusse, Azcuénaga. Costumbres monárquicas con (a veces) formas republicanas. 

Sé que muchxs lectores deben estar con el ceño fruncido ante estas afirmaciones, ya que otro de los sentidos comunes instaurados declara: Unx es lo que es más allá del apellido que porta. Pero la única verdad es la realidad y esta nos muestra que en todas las familias hay gente que adopta posturas ideológicas diferentes y no se las debe prejuzgar, pero la mayoría de lxs funcionarixs ocupan esos puestos porque defienden los intereses de casta, y en algunos casos esas funciones familiares se extienden a lo largo de siglos (Pinedo, Rodriguez Larreta, Bullrich, etc.). En cuanto a lo de impunes e intocables, solo basta escudriñar cuántxs portadorxs de estos apellidos estuvieron presos. El Poder Judicial les ha pertenecido históricamente, y así funciona.

Soy oriundo de Venado Tuerto, sur de Santa Fe, y puedo asegurar que las tierras de esa región no fueron adquiridas y/o cedidas por meritocracia. El fundador de la ciudad fue un descendiente de irlandeses oriundo de Lobos y se llamaba Eduardo Casey. En poco tiempo los campos de la zona eran propiedad de apellidos como Duggan, Rúnciman, Gilmour, Cavanagh, Mulhall, Devitt, Estrugamou Turner. La prioridad sarmientina y mitrista era “la tierra para los anglosajones” y así fue. 

La meritocracia es, entonces, el gobierno de la oligarquía frente a la democracia que debería ser el gobierno del pueblo.

“Estilo Colonial” 

Por último, no es menor la asociación de colonial con belleza arquitectónica, galerías con arcos de estilo colonial, o los alegres disfraces infantiles de negrita vendedora de empanadas o negrito farolero, y hasta el Día de la Raza que nos acompañó hasta no hace mucho. Este sentido común emanó de la naturalización que las monarquías y luego oligarquías hicieron de lo que debe ser. Una belleza el colonialismo, la colonia y lo colonial!!.

La realidad es que colonial debería ser asociado con criminal. No existe estado colonial sin opresión criminal, sin invasión y conquista sanguinaria. Tampoco podemos anclar esto como lastre del pasado, ya que lo tenemos frente a nuestras narices todos los días. No solo en las Islas Malvinas sino en el hecho de que en cinco siglos de historia la primera vez que Bolivia tiene un presidente aymara es a partir del 22 de enero de 2006. El Poder Judicial argentino está plagado de colonialidad, única razón por la cual las cárceles argentinas están llenas de pobres. Los medios de comunicación concentrados no hacen más que escribir/hablar/pontificar acerca de las cualidades culinarias de Juliana Awada versus la viuda corrupta y golpista, de las bondades de los jueces BBC frente al embate populista, de las cualidades excepcionales de Alejandro Carrió o Gil Lavedra vs la inconmensurable pequeñez de Beraldi, y de la increíble acumulación de casos de corrupción cometidos por Boudou frente a la transparencia de familias honorables como Vicentin, Etchebere, Blaquier y Macri Blanco Villegas.

La Constitución argentina está diseñada desde la colonialidad, y la constitución de Argentina como Estado Nación fue diseñada para que haya pocxs ricxs blancxs dominando y muuuuuchxs blancxs, marrones y oscurxs laburando y generándoles más riqueza y más poder. La primer tarea patriótica es Darse cuenta.

Ilustración: Juleeika @juleeika @casaelefante

Parque Chas, 17 de Febrero de 2021

El Chasquido es la revista del Colectivo Barrial Parque Chas.

El colectivo surgió en noviembre del año 2015, en medio de la coyuntura electoral, y decidimos seguir juntos, pensando soluciones y revalorizando la política como instrumento de transformación de la vida cotidiana. Trabajamos en el barrio, atentos al otro. Intentamos dar cuenta de nuestra realidad, analizar, pensar y actuar por fuera del discurso hegemónico de los medios de comunicación. Desde nuestra conformación hicimos ciclos de cine debate, peñas, recolección de material reciclable, charlas, encuentros. Seguimos en acción, nos escuchamos, debatimos, nos redefinimos en cada encuentro. Creemos en nosotros como comunidad. La inteligencia colectiva puede más que cualquier proeza individual. Nos reunimos periódicamente en asambleas abiertas. Estamos a la vuelta de cualquier esquina del barrio.