¡Nunca dejemos de bailar!

Prevención y cuidado del cuerpo a través del movimiento

Acostumbrada a expresarme a través del movimiento, resulta para mí un gran desafío quedarme sentada y ponerme a escribir “moviendo” palabras y pensamientos.

Todos sabemos los beneficios que trae el movimiento para la salud. Pero en este momento tan especial que estamos viviendo, en el que el primer consejo que surgió fue quedate en casa:  ¿cómo vencemos esa tendencia a estar horas delante de una pantalla, que es nuestra manera de conectarnos con el exterior (trabajo, afectos, etc.)? ¿cómo generar el momento y el espacio de movernos para la salud? ¡Tal vez encontremos una clave en transformar nuestras actividades de la vida cotidiana, en pequeños momentos de gimnasia consciente!

Muchas veces hacemos las tareas desde el automatismo: con la cabeza pensando en cualquiera. En su lugar podemos tener presente, por ejemplo, cómo cuidar nuestra zona lumbar, fortalecer los abdominales y elongar la espalda mientras hacemos trabajos escuchamos música que nos gusta mucho… ¡BINGO! ¡¡La tarea ya no es tan pesada y encima trae beneficios!!

Al movernos, habilitamos nuevos canales de expresión, producimos cambios de ritmos , ampliamos nuestra capacidad respiratoria, movilizamos nuestras energías, mantenemos ágiles los reflejos y lubricadas nuestras articulaciones.

Esta forma de movernos con conciencia que acabo de describir está en línea con la importancia de la prevención para evitar la enfermedad.

A lo largo de los años de trabajo como kinesióloga en el Hospital Durand atendí a muchos pacientes neurológicos graves con hemiplejías, paraplejias o cuadriplejias. Esto me llevó a hacerme reiteradamente la pregunta de si no habría una manera de evitar que las personas desarrollaran enfermedades tan serias. Fue así que me orienté cada vez más a la tarea de prevención y encontré en el movimiento una herramienta formidable para el cuidado de nuestra salud corporal y emocional. 

1) Me paro derecha con las manos apoyadas en un banco de una plaza, en el respaldo de una silla o de una mesa, camino hacia atrás hasta estirar totalmente la espalda, brazos estirados , cabeza entre los brazos, rodillas estiradas

2) Llevo el peso del cuerpo a las manos, inclino la pelvis para adelante, cabeza va arriba y atrás. Mantengo plantas de los pies apoyados en el piso para estirar gemelos

3) Adelanto una pierna flexionada y la otra pierna queda estirada (ver foto

Al movernos, habilitamos nuevos canales de expresión, producimos cambios de ritmos , ampliamos nuestra capacidad respiratoria, movilizamos nuestras energías, mantenemos ágiles los reflejos y lubricadas nuestras articulaciones. Al mismo tiempo, descargamos las tensiones acumuladas, que son precisamente las que provocan dolores muy intensos y que, con el tiempo pueden derivar en enfermedades cardiacas, neurológicas, psicológicas por ejemplo.

Cuando el movimiento, además, se acompaña con música y logramos entrar en su ritmo, el cansancio de la repetición del movimiento desaparece. Es en ese momento cuando  nuestra cabeza, cuerpo y espíritu se alinean. Esto produce mucho placer, segregamos endorfinas y entramos en un círculo virtuoso. ¡¡Logramos conectarnos con el aquí y ahora, y estar presentes!!

Todas estas ideas que fui elaborando a lo largo de los años las pude plasmar en un sistema de trabajo que son mis clases de gimnasia expresiva correctiva y participativa.

¿Por qué expresiva? Porque los movimientos con intención nos ayudan a salir de lo mecánico y del automatismo. Y participativa porque, en algún momento de la clase, les alumnes son les que coordinan, se mueven desde sus propias necesidades y toman un rol más protagónico.

Otra herramienta que incorporé son las danzas circulares de diferentes culturas, que son placenteras e inspiradoras. Además de estimular la memoria y la concentración, generan una sensación de pertenencia y comunidad.  La experimentamos cuando bailamos en la plaza en varias conmemoraciones del Día de la Memoria que organizó el Colectivo Barrial Parque Chas, o como la danza Kurda que bailamos las mujeres de todas las edades en las calles el 8 de marzo para reafirmar nuestras luchas y reivindicaciones.

En las clases y en diferentes tratamientos también incluyo ejercicios respiratorios muy necesarios e importantes en este momento para mejorar nuestras defensas frente al coronavirus. Como abrir las ventanas para mantener aireadas nuestras casas, para mantener ventilados nuestros pulmones es importante que haya un buen intercambio de oxígeno y anhídrido carbónico. Así disminuimos el aire viciado y la reproducción e instalación del virus en los pulmones.

Otra herramienta que incorporé son las danzas circulares de diferentes culturas, que son placenteras e inspiradoras. Además de estimular la memoria y la concentración, generan una sensación de pertenencia y comunidad.

Más allá de una clase de gimnasia, yoga, o tai chi, los ejercicios respiratorios también los podemos hacer durante una caminata, conectándonos además con los aromas de flores y árboles que tanto abundan en esta época del año, o a través del juego con los chicos: inflar globos, hacer burbujas soplando con una bombilla, etc.

Ir incorporando la atención en lo cotidiano facilita que no sea tan pesada esa lucha constante que tiene el ser humano contra la ley de la gravedad. Siempre les recuerdo a mis alumnes que por más que tomemos clases de gimnasia todos los días durante 1 hora, nos quedan 23 horas restantes donde quedamos a merced de los movimientos que nos tensionan y terminan doliendo , o del no movimiento, que también puede generar dolor. 

¡Qué bueno sería incorporar pequeñas pausas en nuestras actividades!  tan bueno como  observarnos, que es otra manera de conectarnos con nosotros mismos. Deternernos y mirar¿cómo estamos parados, sentados, caminando?, ¿cuánto peso llevamos en la cartera? ¿realmente son imprescindibles todos esos objetos? ¿Estamos apretando las mandíbulas, las manos? ¿Sentimos tensión en los pies, en las piernas?

4) Sentada en el piso, me tomo  con las manos de las rodillas, me voy hacia atrás redondeando la espalda, omóplatos se separan, mentón apoyado en el pecho

5) Con las manos contra las rodillas hago fuerza con los brazos trayendo el pecho hacia adelante, espalda derecha, omóplatos se juntan, mentón hacia adelante

6) Acostada boca arriba, columna, cabeza y brazos apoyados en el piso, piernas apoyadas contra una silla, cama, pared, o estiradas en el piso. La idea es soltar el peso del cuerpo y no «sostener nada» IMPORTANTE:  ¡soltar también los pensamientos!

Hay pequeños tips que rápidamente nos pueden aliviar cuando estamos mucho tiempo en una misma posición: sentarnos con una almohada detrás de la zona lumbar, observar si tenemos los pies bien apoyados en el suelo.

Cada media hora, cuando estamos frente a la computadora, podemos mover los hombros, mover la cabeza y el cuello, relajar la mandíbula, mover las muñecas y los dedos de las manos, desperezarnos, cruzar y descruzar las piernas, pararnos, tomar el respaldo de la silla y caminar para atrás hasta estirar la espalda, como si fuera una mesita.

Una tarea de prevención que me dio muchas satisfacciones fue trabajar con personas que participaban del proyecto comunitario “Volver al Campo” (2001/2002). A ellos les pude indicar una serie de cuidados para protegerse de posibles lesiones y sobreesfuerzos al realizar sus tareas. Sería bueno realizar un trabajo similar con los recuperadores urbanos de la cooperativa El Álamo, con quienes trabajamos en las Postas de Reciclado.En general, ponemos mucho énfasis en cuidar nuestra casa, nuestro habitat. Estamos atentos a los arreglos que necesita, a deshacernos de las cosas que no usamos. Propongo que hagamos lo mismo con nuestro cuerpo, que es nuestra casa chica en la que habitamos todo el tiempo: limpiemos los pulmones, cambiemos las posturas que nos producen dolor, y recordemos que todo comienza con el apoyo de los pies en el piso y de ahí para arriba vamos corrigiendo nuestra postura hasta sentirnos cómodos en nuestro cuerpo.

Mantenerse en movimiento

En estos momentos de tanta angustia por la nueva situación que estamos viviendo producto del coronavirus y frente a la incertidumbre que nos depara el futuro, propongo que aprendamos a regular nuestros esfuerzos, a soltar la cabeza y los pensamientos en los que muchas veces nos enroscamos y a confiar más en nuestra inteligencia corporal. 

Todo esto nos conectará con la alegría de vivir. Unicef nos recomienda mantenerse en movimiento, encontrar alegría en las cosas que amamos ¡y que nunca dejemos de bailar! 

* Hacer los ejercicios manteniendo la panza adentro, de esa manera fortalecemos abdominales y cuidamos la zona lumbar. No hacerlos en caso de tener hernias de disco.

@patofrankel

Foto: Paula Figueroa (@paula_figueroa_dg)

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El Chasquido es la revista del Colectivo Barrial Parque Chas.

El colectivo surgió en noviembre del año 2015, en medio de la coyuntura electoral, y decidimos seguir juntos, pensando soluciones y revalorizando la política como instrumento de transformación de la vida cotidiana. Trabajamos en el barrio, atentos al otro. Intentamos dar cuenta de nuestra realidad, analizar, pensar y actuar por fuera del discurso hegemónico de los medios de comunicación. Desde nuestra conformación hicimos ciclos de cine debate, peñas, recolección de material reciclable, charlas, encuentros. Seguimos en acción, nos escuchamos, debatimos, nos redefinimos en cada encuentro. Creemos en nosotros como comunidad. La inteligencia colectiva puede más que cualquier proeza individual. Nos reunimos periódicamente en asambleas abiertas. Estamos a la vuelta de cualquier esquina del barrio.