Un verdadero reencuentro, un regalo para el barrio
Todo lo trabajado e imaginado se plasmó el domingo 3 de octubre en la Plaza Éxodo Jujeño. En sólo dos o tres reuniones, la comisión de festejos organizó el evento movido por las ganas pujantes del reencuentro. Fue un genuino cumpleaños, multicolor, festivo, solidario, artístico y reflexivo.
Por la mañana se comenzó con el izado de la bandera, se continuó con actividades deportivas y al mediodía partió la Visita Guiada por las Historias de Parque Chas a cargo de Magdalena Eggers, visita que, además, contó con lecturas en voz alta organizadas por Mala Testa, la nueva y querida librería que anidó en el barrio.
A las 13, mientras se iban preparando los micrófonos, se fueron armando los puestos de la comisión de festejos integrada por las múltiples instituciones sociales y políticas del barrio.
Además de éstos, otros puestos fueron desplegando muestras de su trabajo, como Los Villurqueros, hacedores de las solidarias cajitas viajeras y de títeres de material reciclado, para la Sala de Pediatría del Tornú. A su vez, numerosos puestos brindaban artesanías, gastronomía casera, tentadoramente expuesta, y otros productos de la economía social. Los gazebos que cobijaban los puestos, fueron solicitados y obtenidos en carácter de préstamo, por Lito Grisafi, presidente de Eco Social, una cooperativa de la economía social, integrada por vecinos de las Comunas 11,12 y 15, que relaciona a los clubes de barrio, asociaciones civiles y centros de jubilados con productores sociales. La cooperativa generó el Plan Federal de Ferias en los clubes de barrio y se lo propuso al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que lo adoptó.
Hacia las 14 la música y las voces comenzaron a vibrar. Nos acompañaron artistas como Vivi Prado y Eduardo Tacconi, Damian Rovner, Graciela Barrios, Graciela Parravizzini, Osvaldo y Manu, y Darío, entre otros.
Fue un verdadero re-encuentro, un regalo para el barrio. No sólo por los casi dos años de pandemia que demandó tantos cuidados y escasa posibilidad de reuniones sociales, sino porque congregó también a vecinxs de otros barrios que, desafiando el laberinto, llegarxn guiadxs por el deseo de compartir festejo y andanzas, ahora en el espacio público de Parque Chas.
Los Villurqueros, hacedores de las solidarias cajitas viajeras y de títeres de material reciclado, para la Sala de Pediatría del Tornú.
Los barbijos permanecieron, sólo se sacaron para cantar maravillosamente, para saborear la deliciosa torta gigante que se cortó a las 17 o para tomar una birra de Gamarra. También para disfrutar las sabrosas lentejas y otros platos que prepararon los papás de la Petro para apoyar el viaje de egresados. Además, ante la reiterada vulneración de nuestros derechos, los barbijos también se sacaron para poder comunicar y pensar juntos, cómo seguir defendiendo nuestros espacios verdes públicos y nuestros barrios bajos. Para ello nos acompañaron lxs vecinxs de Agronomia x Todxs, No a las torres de Villa Ortúzar y el Colectivo de Arquitectas en Defensa de las Tierras Públicas.
El Colectivo Barrial Parque Chas que, una vez más, brindó información y continúa apoyando el reclamo por la libertad de Milagro Sala, tuvo su hermoso stand con un inventario fotográfico del camino, solidario y militante, recorrido desde su nacimiento. No retaceó expresar la fuerza y el compromiso de sus acciones mejor sostenidas: tanto las tres postas de reciclables vinculadas a la Cooperativa El Álamo y a la Asociación Civil Esquinazo, como la producción de esta querida revista. Y lo puso en palabras. El cartel que engalanaba el puesto rezaba: La Posta del Colectivo es El Chasquido.
Querido barrio: ¡Que los cumpChas feliz!
Fotografías: Paula Figueroa
