Nuestro homenaje y reconocimiento a les compañeres vecines desaparecides no lo detiene ni la pandemia.
Hoy en nuestra plaza de la memoria, pudimos completar la colocación de las placas recordatorias de nuestres vecines desaparecidos por la última dictadura cívico militar. Fue un pequeño, pero sentido acto, con las limitaciones que nos impone la pandemia.
Las historias de vida de Susana Siver, Veronica Freier y su compañero Sergio Kacs que vivieron en nuestro Parque Chas, aún no tenían su lugar junto a nuestros árboles por la memoria. Lo tuvieron hoy con la colocación de tres placas, una para cada uno de ellos.
Acompañaron vecines, integrantes de organizaciones del barrio y contamos con la presencia de María Freier, hermana de Verónica. Recibimos a los trabajadores del MOA quienes colocaron las placas que ellos realizaron solidariamente, comprometidos con su significado.
Las manos de María Freier apisonaron la tierra alrededor de los monolitos de sus familiares, y nosotros hicimos lo mismo en el de Susana Siver en un acto amoroso de homenaje compartido.
Con muy buena disposición se sumaron espontáneamente varios jóvenes, trabajadores del mantenimiento de las plazas, que ofrecieron colaborar con el asentamiento de los monolitos cortando el césped para facilitar las tareas.
Tan jóvenes, no vivieron gobiernos de facto, no sabían mucho de historia de dictaduras, pero esta actividad los había impactado…
Cuando ya nos retirábamos se sacaron fotos junto a las placas y uno de ellos se acercó y nos dijo:
-No se preocupen, que nosotros las vamos a cuidar. Estos casos son porque hubo una dictadura en los años setenta y pico no?
Tan jóvenes, no vivieron gobiernos de facto, no sabían mucho de historia de dictaduras, pero esta actividad los había impactado y mostraban interés por saber qué pasó.
Quienes están plasmados en esas placas eran jóvenes, trabajadores y tenían sueños e ideales, igual que ustedes -les dijimos- y entablamos un pequeño diálogo para contarles que esas vidas transcurrieron casi siempre bajo dictaduras, en situaciones represivas, que resistieron la dictadura y los ataques al pueblo trabajador, que aspiraban a una sociedad justa, equitativa y a una patria soberana.
Hubo uno de esos retrógrados que nunca faltan que al pasar cuestionó nuestro acto.
Nos fuimos reconfortades, no sólo por nuestra actividad reivindicatoria, sino también por el afecto que intercambiamos con María Freier y entre nosotros mismos. También nos sentimos estimulados por estos jóvenes que, al ser interpelados por nuestra acción, se acercaron con una respuesta solidaria y la intención de saber más.
Fotografías: Antonio Falcao / María Luz Montoliu / Marcelo Maciel