Una vez mi papá me contó que él tenía dos sueños.
Con cara de pícaro dijo «dos revanchas». Una, volver a ver a Perón en el balcón. La otra, que volviera Maradona. Contento estaba porque las dos se le cumplieron.
Feliz lo dijo, mientras mirábamos por la tele un gran revuelo: eran los días que el Diego y la Claudia celebraban su casamiento en el Luna Park. A mi viejo lo divertía ver a los chetos protestar por todo ese atrevimiento popular.
Hoy lo imagino en ese lugar sin tiempo hacia donde van las personas buenas. Debe estar haciendo la cola para darle un abrazo al 10 que acaba de llegar.
Así nomás ha de ser.
Fotos: Vivi Prado (@vivianaprado60)